urracas   

Solidaridad … ?

 

Últimamente se esta viviendo en la sociedad del primer mundo un equivoco entre lo que se entiende por Solidaridad o por Caridad. Hasta hace algunos años se tenía conciencia de la diferencia que existía entre ambos términos.

Con la mayor implantación del neoliberalismo económico se ha ido perdiendo el sentimiento solidario existente en la sociedad, aflorando el individualismo más exacerbado programado por aquellos que cada día tienen mas poder sobre las decisiones tomadas por los gobiernos, obligándoles a recortar las conquistas logradas por la clase trabajadora en su constante lucha por la igualdad social.
La globalización ha favorecido, que los mercados financieros y las grandes corporaciones privadas hayan establecido que Solo la cultura de los mercados es valida y el consumismo su gran dios.

Las naciones desarrolladas solo ven los beneficios que le reportan las ayudas concedidas a los países pobres, transformando la solidaridad en negocios lucrativos. Un ejemplo es el caso de Haití que a dos años de la catástrofe han recibido poco más del 50% de las ayudas ofrecidas por los países y organismos internacionales.

La ayuda a los países en desarrollo ha disminuido en los últimos 15 años un 20 % y se siguen gastando 500.000 millones de euros en armas cada año.
En la década de los 60 por invitación de la ONU y con la finalidad de lograr la participación de asociaciones con fines humanitarios, nacen las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) independientes de los estados y sin reemplazar las acciones de estos.
Hoy en día, hay un sin numero de ONGs, que de verdad desarrollan un trabajo solidario en los países de origen o solidarizándose con otros que necesitan de su labor para mejorar la calidad de vida.

Pero desgraciadamente, hay otras muchas ONGs, que son meras oficinas recaudadoras de ayudas económicas de organismos oficiales y privados, que hacen negocios lucrativos con la tramitación de proyectos presentados como solidarios.

También existen ONGs que nacen con el fin de actuar en políticas preestablecidas por gobiernos y/o empresas multinacionales, que las utilizan como mercenarios de la solidaridad para lavar su cara y mejorar su imagen frente a la opinión publica, mientras explotan a los trabajadores de los países pobres, donde desarrollan la mayor parte de sus negocios.

La solidaridad se ha profesionalizado hasta el punto de llegar hacerse post‐grados en las Universidades para aquellos que quieran dedicarse profesionalmente a la solidaridad.
En la actualidad la idea que tenía en principio la ONU sobre la acción de las ONGs ha perdido mayoritariamente su contenido solidario, transformándose en simples organizaciones caritativas o lucrativas que ayudan a mantener el statu quo en el lugar donde realizan su labor.
Teniendo en cuenta que la definición de Solidaridad es la adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros y la de Caridad es la limosna que se da, o auxilio que se presta a los necesitados, Monseñor Helder Cámara, Arzobispo de Recife‐Bracil en los años 60, decía lo siguiente:

"Si doy comida a los pobres, ellos me llaman santo. Si pregunto por qué los pobres no tienen comida, me llaman comunista".

No podemos despolitizar la solidaridad, porque estaríamos haciendo el trabajo sucio de quienes manejan el mundo. La solidaridad es compromiso, es entrega, es acompañar a buscar el porque de las cosas, no se puede ser solidario sin tomar partido por las acciones que se desarrollan.

La solidaridad también es exigir que se paguen precios justos por las materias primas que se importan de los países subdesarrollados, que se cumpla la resolución de la ONU de aportar el 0,7 % del PIB para el desarrollo y denunciar a los gobiernos que permiten que sus empresas exploten a los trabajadores con salarios de miseria, boicotear a las empresas y bancos que esquilman a los países pobres.

No solo hablemos de solidaridad, sino, HAGAMOS SOLIDARIDAD.

Omar Contreras Flores Revista Irimia nº 856 A Coruña (España)

urracas-emaus
contacto