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Dueños del poder

 

Las contradicciones de fondo de nuestra sociedad están traspasadas por los intereses antagónicos de los dos grandes actores que están comenzando a conformarse más nítidamente en el escenario político. Por un lado, la clase dominante que maneja el poder económico con sus distintas vertientes de la oligarquía criolla y las grandes multinacionales que hoy en día operan en Chile, no sólo en la histórica explotación minera, sino también en la agricultura, servicios básicos, etc.

Por otro lado, los trabajadores empleados de servicios públicos, estudiantes, pobladores, pueblos originarios, campesinos, que comienzan a movilizarse por reivindicaciones concretas, que el Estado y las clases dominantes no quieren ni pueden solucionar, ya que no están dispuestas a sacrificar ni siquiera una parte de las cuantiosas utilidades que obtienen con la explotación del trabajo en este sistema.

Dentro del gran ambiente de la clase explotadora se ha ido destacando en el último tiempo los actores de la educación: Estudiantes Secundarios, Universitarios y Profesores. El conflicto de la educación y las movilizaciones estudiantiles son una manifestación clara y contundente del choque de intereses y la lucha de clases que comienza ha emerger como un actor importante en la vida política del país. La clase dominante y la clase política tratan de suavizar el conflicto y buscar soluciones que den la sensación de cambio, pero sin alterar las bases del sistema.

Los dueños de las riquezas y del poder van a defender a todo trance la propiedad de los medios de producción y la acumulación. Van a defender el principio del lucro en la educación porque les produce muchas utilidades, y por otro lado, porque si aceptan que se transgreda “el derecho sagrado a la propiedad” pueden venir otras movilizaciones para obligar al Estado para que asuma la Salud, La vivienda, el transporte, etc.

En esta situación lo central es que los Derechos Fundamentales de las personas y los grupos cuya defensa es la función fundamental del Estado han pasado a convertirse en “mercancía” que como tales se tranzan en el mercado, que significa que su calidad va a depender del poder adquisitivo que uno tenga.

De lo anterior se desprende la creciente desigualdad y segregación que va generando el sistema.
Todas estas contradicciones son manifestaciones y herencia del sistema capitalista que nos fue impuesto hace más de 500 años luego de ser invadidos y sometidos a sangre y fuego por la cruz y la espada europea.

Progresivamente nuestros pueblos van tomando conciencia de lo que comenzó en un mes de octubre 1492. Junto a las manifestaciones triunfales de la clase dominante van surgiendo potentes movilizaciones de los explotados y pueblos originarios del continente que denuncia la conquista de América como el mayor genocidio de la historia con sus profundas repercusiones en África; pero también comienza el socialismo del siglo XXI apareciendo como un signo de esperanza para los pueblos de nuestro continente.

Corporación Urracas
Octubre 2011

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