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“Operadores de prensa”

 

Desde diferentes países se observa con interés la situación chilena, que un día describimos como “el laboratorio del neoliberalismo”, lo que suceda en el mundo sucederá en Chile y por ello existe especial interés en la “señal chilena”.
Los medios de comunicación son en su mayoría dependientes y por ello es importante destacar el esfuerzo de diarios que aún mantienen una relación de compromiso transparente con sus comunidades, son pocos pero existen.

La realidad social no encuentra en los medios de comunicación la confianza que hubo antes y se instala la duda respecto de las cifras y conceptos que avalan un “aparente éxito chileno”.
La pobreza y la dura condición de vida de las mayorías sociales contradicen a las publicaciones que financia el sistema por medio de la publicidad.
Los “operadores de prensa” mantienen, post morten, el mal trato a las autoridades y dirigentes sociales y políticos, le proporcionan sonido a “los señores políticos” de Pinochet.
Claramente los mercurios y terceras que con distintos nombres existen en el país, tienen direcciones, periodistas y comunicadores, que no pueden alegar en su defensa que ignoran lo que hacen: crean espejismos avalados en “encuestas” de oficina, promueven candidaturas fantasmas y describen el reclamo social como acto de violencia, para cumplir su rol de desinformar y evitar el contexto.

Las movilizaciones sociales dan cuenta de un proceso de maduración de las contradicciones y conflictos, los “operadores de prensa” son señalados como parte del sistema de abuso que en la misma medida que la comunidad se da cuenta, los responsabiliza por su abandono del deber de informar.

A los medios tradicionales y a los que utilizan formatos “on line”,que persisten en su tarea de facilitar la visión de las verdades, algún día, serán reconocidos por su lealtad a sus propios dichos y formaran parte de la memoria del pueblo que valorará su dignidad.
Los “operadores de prensa” serán simplemente tratados como corresponde, como la parte que aún hace posible los abusos que afectan a trabajadores y empresarios del campo y la ciudad, sus manipulaciones, omisiones tendrán un registro histórico similar a los que han torturado y violado los derechos humanos, entre ellos, el derecho a saber.

Por Samuel Jiménez

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