Con estupor y dolor leímos las paginas de Internet que anunciaban la partida de José Comblin, a su reencuentro con "El Padre".
Estupor porque no sabíamos que estaba en un estado de salud grave, salvo las enfermedades que le ocasionaron su edad y intensa vida publica y pastoral. Dolor porque sentimos la partida de un amigo, de un hermano, de un compañero de ruta. Quien hasta su ultimo momento tuvo la valentía y osadía de predicar la Buena Nueva a los pobres, marginados de la sociedad, con el convencimiento de que el Pueblo Oprimido es el Señor de la Historia.
Parte importante de su vida y vocación cristiana y sacerdotal la vivió en Chile y América Latina, trabajando con y por los desposeídos y viviendo entre ellos, así como un fiel discípulo de Cristo.
Lo conocimos por los años 70, lo reencontramos en los años 2000. Nunca dejamos de conectarnos con él, a partir de sus reflexiones, propuestas y del compromiso común, “la lucha por una sociedad justa y fraterna” una sociedad en que prevaleciera el hombre y no el capital. En esta línea nos encontramos en estos últimos años en Chile, donde en conjunto con otras organizaciones sociales, populares y eclesiásticas reflexionamos acerca del nuestro rol en la sociedad latinoamericana.
Las Urracas Emaús Chile despiden desde aquí a José Comblin, fiel seguidor y promotor de la Teología de la Liberación, amigo de los pobres, sus luchas y aspiraciones.
Manuel Gavilán F.
Urracas Emaús Chile
