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Trabajadores del mundo salieron a la calle el 1º de Mayo

 

Cientos de miles de personas en países de todo el mundo participaron en las manifestaciones que conmemoran el Día del Trabajador. En Francia, Grecia, Turquía, Egipto, Alemania, Rusia o Estados Unidos los trabajadores salieron a la calle para protestar contra el desempleo, por los derechos de la mujer y políticas humanitarias respecto de la inmigración.
La solidaridad internacional se vio en los países occidentales sometido a políticas de austeridad cada vez más estrictas, que generan una fuerte resistencia de los sindicatos. El “No” al Pacto para el Euro, concebido por Nicolas Sarkozy y Angela Merkel y su séquito de medidas regresivas que afectan a los salarios, están entre las principales demandas.

GIRA MUNDIAL DE LAS PROTESTAS


En Francia más de 120 mil personas participaron a las protestas en 200 localidades. Los manifestantes expresaron indignación por el alto desempleo, que alcanza un 9,6%, y los recortes de empleo en el sector público, mientras se muestra el apoyo a la insurrección popular en todo el mundo árabe.
En Grecia, alrededor de 12 mil trabajadores salieron a las calles en el centro de Atenas. Los recortes en los salarios del sector público y las pensiones, medidas promovidas por el Fondo Monetario Internacional, junto con impuestos más altos fueron el principal foco de protestas. El desempleo en Grecia también ha escalado a un nivel récord de 15,1%.
En Turquía, miles de sindicalistas y activistas políticos de izquierda se reunieron en la plaza Taksim de Estambul por un segundo año de las celebraciones del Día del Trabajador. Las manifestaciones del 1º de Mayo habían sido prohibido en la plaza Taksim desde el momento que generales del ejército llegaron al poder en 1980 hasta el año pasado, en el mayor acto por este día desde 1977. este año unos 200 mil trabajadores y activistas inundaron la plaza exigiendo más puestos de trabajo, mejores condiciones de trabajo y salarios más altos.
En Alemania, alrededor de 10 mil manifestantes, flanqueado por una fuerte presencia policial, salieron a las calles en la capital, Berlín. Hubo una serie de enfrentamientos violentos, con los manifestantes lanzando botellas y fuegos artificiales a la policía en el barrio berlinés de Kreuzberg, donde las actividades del primer de Mayo tradicionalmente tienen lugar.
La fiesta del Trabajo tomó un acento más político en Rusia. En Moscú, hasta 5 mil comunistas y miembros de otros grupos de izquierda marcharon por la ciudad, con un mar de banderas rojas para celebrar su fiesta tradicional, lo que en tiempos soviéticos era conocido como el “Día de la Solidaridad Internacional de los Trabajadores”.
Desde el colapso en 1991 de la Unión Soviética,  las organizaciones de todo el espectro político tuvieron sus propias marchas el 1 de Mayo. El partido dominante pro-Kremlin, Rusia Unida, aprovechó la ocasión para hacer una demostración de fuerza ante las próximas elecciones, sacando a las calles unas 25 mil personas, según los organizadores.
En los Estados Unidos, miles de manifestantes se congregaron en Wisconsin. Los manifestantes caminaron por el centro de Milwaukee, con banderas de los Estados Unidos y  de México.

LA PRIMAVERA DE EGIPTO

Egipto celebró el Día Internacional de los Trabajadores por primera vez desde 1952.  Miles de trabajadores y activistas colmaron la plaza Tahrir en El Cairo el domingo.
Quienes allí se encontraban celebraron la formación de sindicatos laborales independientes del control estatal y la reciente creación de la Federación Egipcia para los Sindicatos Independientes. Un grupo de líderes sindicalistas y activistas también anunciaron la formación de un nuevo partido político llamado Partido Laborista Democrático.
Hossam El Hamalawy, uno de sus miembros, dijo que “una gran exigencia es definitivamente la renacionalización de todas las fábricas privatizadas. Una detención total del programa neoliberal. Se debe otorgar libertad total a la clase trabajadora egipcia para establecer sus sindicatos independientes. Es decir, los trabajadores en algunos sectores aún están afrontando a los antiguos directores que están intentando sabotear sus intentos por establecer sindicatos independientes. Y el salario mínimo nacional. Luchamos tanto tiempo para aumentar nuestro salario mínimo nacional a por lo menos 1.200 libras egipcias por mes. Me gustaría que se cumpliera con esas exigencias lo antes posible”.

LA NECESIDAD DE UN NUEVO PACTO SOCIAL Y POLITICO

El día internacional de los trabajadores de este año ocurrió en un contexto de crisis económica, de desastre en Japón, sino también revoluciones en los países árabes. Los planes de austeridad implementados en Europa y avanzadas conservadoras que empujan al desempleo masivo en Estados Unidos son la tónica para los trabajadores de los países desarrollados.
Si Bélgica se va de una crisis a otra, el curso neoliberal se mantiene siempre. En Grecia y Francia, los gobiernos continúan sus reformas.
Pese a las protestas en las últimas décadas, las aspiraciones de la gente parecen enfrentarse a dirigentes políticos sordos. En 2003, a pesar de los cientos de miles de opositores a la guerra en Iraq que protestaron en Londres y Roma, los líderes de los gobiernos, Tony Blair y Silvio Berlusconi no cambiaron sus orientaciones.
Del mismo modo, las protestas populares en contra del Tratado Constitucional Europeo (TCE) en Alemania no han impedido a Berlín aprobar el texto. En Francia, el 4 de febrero de 2008, los parlamentarios han ratificado el mismo Tratado, rechazado por los ciudadanos el 29 de mayo 2005.
Este desajuste entre representantes y representados plantea los intentos de reformar todo el espectro político de izquierda, como lo demuestra el fenómeno de las coaliciones políticas en Alemania e Italia, o la creación de nuevos partidos como el Partido de Izquierda en Alemania, el Partido  Demócrata y Refundación Comunista en Italia, el Partido de Izquierda y el Nuevo Partido Anticapitalista  en Francia.
Los líderes de las formaciones de la nueva izquierda, por su parte, están tratando de ser coherente con el movimiento social. Y pese a que sus discursos no apuntan a cambiar las reglas del juego político-institucional, están comenzando a dar voz a las aspiraciones populares.

Por Nicolás Loonis
El Ciudadano

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