urracas   

Los Combates de Emaús del Abbe Pierre

 

Extractos dispersos de algunos escritos sobre el origen del Movimiento Emaús

La Aldea de Emaús y la Primera Comunidad Emaús


Mlle. Coutaz, secretaria  del Padre, escribe : “El Padre quiso dar un nombre a la casa de Neuilly-Plaisance. Por supuesto, como ex –capuchino, pensó al comienzo en el  Pobre de Asís. Durante un tiempo se llamó “Pabellón San Francisco de Asís”.Pero tuvo una idea repentina: ¿Por qué no “Emaús”, este nombre tan evocador de resurrección y de esperanza después de la desilusión?

Neuilly-Plaisance es una comuna próxima de la capital, París...como la aldea de Emaús, en Palestina, es próxima Jerusalén. Y la casa es como la posada de Emaús en aquella época, es decir, un alto para el caminante cansado. Recordemos el relato evangélico. Después del Viernes Santo y la sepultación de Jesús, los discípulos tienen miedo. Están desilusionados porque habían creído que el Mesías restablecería el reino temporal de Israel. Dos de estos hombres vienen huyendo. Otro caminante se les junta en el camino y les pregunta:“¿Por qué están tan tristes?” Empiezan a conversar y llegan a la posada de Emaús cuando ha anochecido. Quieren detenerse, el desconocido desea continuar su camino. Los discípulos, muy interesados por lo que él les había contado lo invitan a entrar. Se sentían recobrando la confianza, seguros junto a él...como tantos otros que vendrían en los años siguientes, de todas partes, al Emaús de Neuilly–Plaisance”...encontrando ahí “razones para vivir”. ( Traducido de “40 años con el Abbé Pierre”.Lucie Coutaz. CENTURIÓN. París 1988).

Resistencia a la Invasión Nazi


Hacía cuatro meses que el Abbé Pierre había comenzado  sus actividades como vicario de la basílica San José, en Grenoble, cuando se declaró la 2ªguerra mundial. Fue movilizado como sub-oficial con la misión que requisar caballos y forraje para enviarlos por tren hacia la línea Maginot. Mientras espera la oportunidad de entregar sus envíos celebra misas, se encarga de un hogar para soldados, trabaja demasiado y cae enfermo. Primero con gripe, luego con pleuresía. Cuando se recupera un tanto, es enviado a Vichy, a Vienne y Narbonne. Es allí donde recibe la noticia del armisticio...Lo envian convaleciente a la montaña, primero como capellán en el hospital de la Mure d’Isère y al año siguiente a La Côte-Saint-André, cerca de Grenoble como capellán de un orfanato. Al comienzo se trataba de un seminario pequeño, confiscado el día su inauguración –en pleno conflicto entre la Iglesia y el Estado sobre el laicismo. Entonces, el régimen de Vichy decidió nombrarlo capellán. La tarea no es fácil en esta fortaleza laica que luego  se convertirá en escuela de aprendizaje agrícola, a pesar de todo logra hacer bien su trabajo. Por primera vez se ve confrontado a personas laicas que lo acogen amistosamente. Más tarde lo nombrarán Vicario de la Catedral de Grenoble. Este regreso a su ciudad natal le permitirá acompañar a su madre en sus últimos días. También supo de su amigo François Garbit, muerto trágicamente algunos meses antes. Este período marca especialmente su entrada en resistencia sin que su Obispo, Monseñor Caillot ni siquiera lo sospeche.
Fue en 1942 cuando, una noche, hacia las dos de la madrugada, dos hombres golpean a la puerta del presbiterio.

Ellos regresaban a sus domicilios después de haber pasado la velada con amigos y al llegar a casa se encuentran con la terrible noticia: la policía había llevado a sus esposas y a sus hijos al  Campo de Drancy donde fueron internados. Son judíos y buscan la manera de huir. El Abbé Pierre los oculta en su pequeña habitación durante tres o cuatro días. Pero no puede esconderlos más tiempo. Entonces solicita a la superiora del pensionado de las Damas de Sión que haga el favor de albergarlos. “Imposible-dijo ella- porque en el pensionado hay demasiadas escondidas”. Pero le pone en contacto con una hermana especialista en documentos falsos de tal manera que con esos papeles sus invitados no correrán muchos riesgos para atravesar la frontera suiza.

Así fue como el Abbé Pierre entró en la resistencia, convirtiéndose en falsario y luego pasador de montaña como excelente alpinista que era.
El mismo año 1942 se encontró con Lucie Coutaz. Buscaba una secretaria. El Padre de Lubac le indica esta persona digna de confianza y capaz de guardar secretos. Ella trabaja en la Oficina general de informaciones, en Grenoble. La primera entrevista tuvo lugar en esa oficina. La Señorita Coutaz cuenta:
“Vi llegar al joven vicario a mi oficina, en rue de Belgrade. Él me habló de los muchachos que se habían ido a la montaña para escapar del STO (servicio de trabajo obligatorio),  del boletín de informaciones que redactaba y que debían distribuir en todos esos grupos. La colaboración de Mlle. Coutaz durará 39 años. Asistente del diputado Henri Grouès, inevitable clavija maestra de Emaús, ella será discreción en todo – pero con cuanta eficacia- de todos los combates del Abbé Pierre. Durante ese período, Lucie Coutaz ayudará al Padre a crear un diario, La unión patriótica independiente, “cuadernos clandestinos por una Francia libre, justa y fuerte, orgullosa frente al extranjero, independiente frente a los partidos, fiel a la plenitud de su pasado”.

Al mismo tiempo que el diario La Unión patriótica independiente, difunde Los Cuadernos del Testimonio cristiano, crea comités clandestinos de ayuda a los refractarios, sin dejar de hacer sus pasadas en la frontera...pero nunca acepta pertenecer a movimientos de Resistencia de la zona sur, en esa época muy divididos por cuestiones personales y opciones políticas opuestas de los movimientos tales como Combate, Franco-Tirador y Liberación.(Traducido de”Les combasts de l’Abbé Pierre”. Denis Lefèbre. LECHERCHE MIDI. París 2011).
Mademoiselle Coutaz Vista por el Abbé Pierre Al presentar el Libro que ella Escribió
“Sin ella, Emaús no existiría. Es lo que afirman todos los compañeros y amigos desde el principio. Y dicen la verdad. En realidad, aquella que por todos fue siempre llamada “Señorita Coutaz”, fue co-fundadora del movimiento nacido en 1949.
“Lo que yo debo agregar es que, para quien haya conocido su temperamento, y sus dones de jefe (que le valieron, dicho sea de paso, la Cruz de guerra con mención, por su coraje en el apoyo secreto al Ejército del Vercors), es evidente que le fue necesario un verdadero heroísmo cotidiano para que, durante 30 años, y hasta en las labores de sus últimos días de vida, estar siempre actuando a la sombra de otro. Ella percibía lo que tenía de “loco” aquello a lo cual ese otro se dejaba arrastrar, pero ella siempre le ayudó, en toda circunstancia. Modesta, ella presenta su texto como la “palabra de un testigo”. Pero nadie ha podido ni podrá escribir “lo que sucedió”. (Presentación hecha por el Abbé Pierre al libro “40 años con el Abbé  Pierre”.

Las Urracas Emaús (Parangón con la historia del Abbé Pierre)

En aquel entonces, gobernaba en Chile el General Ibáñez. Después vino Jorge Alessandri, representante de la derecha tradicional. La industrialización del país causaba el éxodo del campo a la ciudad. Miles de trabajadores y sus familias llegan a ocupar terrenos alrededor de las grandes ciudades para resolver su problema de vivienda y con el proyecto de crear una sociedad diferente. Aparecen las “poblaciones callampas”. La Victoria (1957) representa la movilización de unas 15.000 personas. Entre quienes fueron a colaborar en la instalación había un grupo de voluntarios llamado Las Urracas (la mayoría estudiantes) que crearon un policlínico con la ayuda de universitarios de medicina y odontología, todos voluntarios.

Detrás del policlínico se instaló a vivir una pequeña Comunidad Urracas (1959). Desde este hogar se salía a trabajar todos los días para continuar ayudando a las familias recién instaladas. Se visitaba a las más necesitadas estableciendo relaciones que incluían lo religioso, lo afectivo, la ayuda material, era una labor asistencial. Se estaba junto a las necesidades de aquellas personas. Surgieron preguntas: “¿Por qué pasa esto? ¿Cuáles son las causas de esta situación de miseria?” Y poco a poco, empezando por el contacto individual se llegó a los Comités y a las Juntas de Vecinos. Todos buscaban un techo pero también una manera diferente de vivir en una sociedad diferente, sin miseria.

Los Compañeros de esta Comunidad fundadora vivían con el lema “amor y buen humor” la ayuda que les brindaban sus propios padres y familias. Pronto comprendieron que debían independizarse. Esto se podía lograr a través del trabajo pero a condición de no depender de nadie. Un día alguien les hizo llegar la novela de Boris Simón “Los Traperos de Emaús” y así conocieron la historia del Abbé Pierre y sus primeros compañeros.

El mismo año 1959, el Abbé Pierre en persona visitó Santiago. Había sido invitado a Chile por Caritas y el Hogar de Cristo-Viviendas. Cuando pasó por La Victoria vió el policlínico y la Comunidad Urracas. Luego dió una conferencia en la UC que provocó en Las Urracas la idea de ir a trabajar con él para conocer como era que se financiaban los Traperos de Emaús, recuperando “cachureos”. La pequeña comunidad urracas significó llegar a conocer desde adentro el Movimiento de Pobladores, permitiendo esclarecer la importancia de una Comunidad de trabajo y vida, haciendo pasar a Las Urracas de una acción principalmente asistencial a una acción promocional, es decir, para ayudar a fomentar la organización popular. Y Emaús aparece como guía para llegar a un camino de autonomía económica. Fue lo que aprendieron en Francia (1970), en Neuilly-Plaisance, la primera Comunidad Emaús.

Después de regresar de Europa, Las Urracas pasaron a llamarse  “Urracas-Emaús”. “La Victoria” había permitido a esos jóvenes ver un mundo desconocido, el mundo de la injusticia social y el mundo de la lucha política. Las Urracas asumieron este desafío. Paulatinamente fueron implicándose en otras “tomas de terreno”,  ayudando a organizarlas como también a hacer frente a la parte salud. Todo esto de común acuerdo con las federaciones de estudiantes universitarios (FECH y FEUC) que ponían  contingente humano, estudiantes de medicina, de enfermería y dentística. El contexto político pasa más adelante a definirse con dos vertientes: la “revolución en libertad” planteada por la Democracia Cristiana con su “Patria joven”...y un “proyecto socialista” con la figura de Salvador Allende y los partidos que conformaban la izquierda más dura, principalmente socialista y comunista que era como una alianza. Entonces, Las Urracas tratando de responder al desafío se proletarizaron. Son excepcionales las organizaciones que lograron combinar el trabajo con el compromiso social y político. Nacieron otras Comunidades Urracas-Emaús Chile.

Más tarde vino la larga noche de la dictadura. Habrá que hacer muchas transformaciones mentales y materiales, en gran parte inducidos por el Abbé Pierre “hasta “sacar el barco de la tempestad”. De esta época viene la creación del “hombre estrella”, insignia que representa al hombre que nace, crece y se levanta. Es menos alegre, menos simpático que las urraquitas juguetonas porque el pueblo chileno también había dejado de ser alegre...después de diecisiete años de guerra...cuando en la vida cotidiana “todo había que pensarlo, todo había que meditarlo, había que desconfiar de todo...viendo caídas a otras personas, a otros compañeros...torturados, desaparecidos, muertos, exiliados. A pesar de todo, nunca se renunció a la mística Amor y Buen Humor. El hombre estrella es el continuador de Las Urracas con una perspectiva diferente porque, además, luego de los diecisiete años de dictadura,  se instaló en el mundo -a sangre y fuego- el modelo neoliberal generador de depredación, miseria,  exclusión, muerte. Entonces, la urraquitas debían hacer frente a la destrucción de una guerra, a la destrucción de todo un tejido social, de las juntas de vecinos, de los sindicatos, de las agrupaciones campesinas, de los Mapuches.

Esta segunda vida de La Urracas en la década de los 90 coincide también con el fin de los “socialismos reales”.

Los textos I y II están inspirados en “Memorias de Urracas”.

Oscar. Pudahuel, enero 2012.

urracas-emaus
contacto