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El caballero Jorge y el royalty...

 

Para saber y contar, contar y saber, hace mucho, pero mucho tiempo llegaron al Imperio de Chili ciertos mercaderes, atraídos por la leyenda del Oro Rojo, dispuestos a llevarse de estas tierras bendecidas por los dioses, hasta los últimos lingotes, a vista y paciencia de los representantes de los vasallos ante el Gran Parlamento.

Convencidos que estaban en el Reino de Jauja, llenaron sus morrales con el tesoro ajeno, sin tributar ni darle nada al Imperio, que es lo mismo que robarle el fardel a un ciego, cuando el pueblo está de fiesta y, como vivimos en el continente de lo real maravilloso, nadie dijo nada, nadie dijo nada.

Pero como tanto va el cántaro al agua que al fin se quiebra, un noble Senador, de esos que van al foro a pensar y no dormir, conocido como el Caballero Jorge, natural del Condado de Los Lavanderos, inquisidor, y terrible como pocos se han visto en estos lares, se percató que algo malo pasaba, que es lo mismo que decir No están pasando gatos por liebres".

Desde entonces, adarga en brazo, como un guerrero solitario, inició la lucha para quitarles siquiera un poco de lo mucho que birlaban, sólo que los Generales de los Ejércitos Concertados con los cuales conquistó la gloria, poniendo fin a los tiempos del cólera político, en los tiempos del emperador Augustus, no lo acompañaron.

Algo faltaba para motivarlos, pero como al santo y al guerrero, en sus horas de soledad terrible, siempre un mago les sopla al oído la solución al problema, al caballero Jorge le dijeron que la palabra mágica que le abriría todas las puertas era ROYALTY, que en palabras simples significa "Pago de impuestos a las arcas de Hacienda del imperio, por parte de las mineras extranjeras".

Fue el principio, es decir la chispa divina que prendió el fuego pagano y que llevó al emperador Ricardo, el del índice acusador, a presentar un proyecto de rescate de algunos lingotes del oro rojo. Pero como el diablo siempre está donde no lo llaman, un tal Gonzalo Martner, General de los Ejércitos Rojos del P.S. sin decir agua va abrió la boca para advertir "Aquel general o lancero que esté en favor del proyecto y en defensa de los consorcios mineros se pone inmediatamente fuera de las huestes rojas", amenaza que lo incomodó al siempre bien ponderado Enrique, el de la barba cana, conocido en el mundo como el Lobista o el Renovado, que tanto bien le hizo al imperio en los tiempos de la reconquista de la democracia, pero que ahora está más desorientado que don Quijote luchando contra los molinos de viento.

Ahí mismo quedó la escoba, pues junto con presentar Enrique, el de la barba cana, su renuncia y obtener licencia para despotricar, entraron al baile, sin ser invitados, los padrinos de estos santos mineros, todos integrantes de los Ejércitos del Pacto Unión y Progreso por el Imperio de Chili, los eternos vaticinadores de los malos agüeros, cada vez que algún legislador amenaza con atentar contra sus intereses o los de sus padrinos, generalmente extranjeros.

El caballero Jorge, a causa del Royalty y su santa intención de NACIONALIZAR el oro rojo, para provecho de los vasallos del imperio, no sólo se quedó solo, sino que como todo héroe o semi dios de la mitología griega, Prometeo, Sísifo y otros, recibió todo el castigo de los Dioses del Olimpo, que lo acusaron de acoso infantil y consecuencia de ello fue desaforado de su cargo de Senador del Imperio, sentenciado y encarcelado y Colorín colorado esta historia del caballero Jorge, el royalty y sus consecuencias ha terminado...

F. t. del Bruno

 

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