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Cuarta urna en 2013 para una Asamblea Constituyente

 

La soberanía radica en los ciudadanos y sólo nosotros podemos decidir sobre la Constitución que Chile necesita.

Las movilizaciones sociales de los últimos años han manifestado la clara conciencia de millones de personas dispuestas a ejercer el derecho a la soberanía que se nos ha arrebatado por casi cuatro décadas.

La Constitución de 1980 consagró la supremacía de unos pocos por sobre los derechos y la dignidad de las personas, las comunidades y la patria misma. A consecuencia de aquello, se ha instalado un régimen donde una minoría controla todos los resortes del poder, lo que se traduce en desigualdades crecientes, exclusiones, abusos y frustraciones para la mayoría de los chilenos.

No se trata sólo de culpar a un gobernante, a un partido o a un estilo de hacer política. Chile es apéndice de un sistema de capitalismo salvaje que arrastra a la humanidad y al planeta al desastre.

Por eso interpelamos a usted y a la organización que representa para que contribuya a unir las múltiples expresiones de protesta y reivindicación democrática dispersas hoy en todo el territorio. El gran objetivo es hacer posible, más allá de toda retórica o demagogia, que sea toda la ciudadanía la que decida sobre la continuidad de la Constitución Política de 1980 o su reemplazo por una Constitución verdaderamente democrática emanada de una Asamblea Constituyente. Si no nos unimos, la minoría plutocrática mantendrá esta Constitución por cien años o más.

Es claro que esta aspiración mayoritaria de las organizaciones sociales por el cambio de la Constitución carece de espacio en el ordenamiento jurídico actual, que no admite la iniciativa popular de leyes. Si queremos que el pueblo sea consultado, es necesario que un grupo de parlamentarios respalde esta iniciativa y la ingrese al parlamento como proyecto de ley.
Nuestra propuesta es clara: que en las elecciones de noviembre de 2013, además de la tres urnas para recepcionar los sufragios a Presidente de la República, Diputado y Senador, se instale una cuarta urna en la que cada elector pueda pronunciarse, en el mismo acto, por la alternativa de convocar a una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución o, por el contrario, mantener vigente la Constitución de 1980.

Este procedimiento requiere que se ingrese y se apruebe un proyecto de ley de reforma a la Constitución. Para hacerlo efectivo, necesitamos de la iniciativa parlamentaria que permita ingresar el proyecto al Congreso, sobre la base de un texto que elaboraremos consensuadamente.

El ingreso a trámite de este proyecto significa, por sí mismo, una ganancia para los movimientos sociales involucrados. Si es aprobado, habremos dado un paso decisivo para cristalizar las aspiraciones libertarias de nuestro pueblo. Si es rechazado, la ciudadanía sabrá ponderar el cinismo de los parlamentarios que temen al veredicto soberano del pueblo y se los hará sentir. De todas maneras, en este escenario, el movimiento por la Asamblea Constituyente seguirá adelante hasta doblegar la resistencia de las fuerzas conservadoras del status quo.

Sabemos que los poderes fácticos ejercerán su influencia para demonizar esta iniciativa y confundir a la opinión pública. Así también, intentarán introducir cambios cosméticos, tal como ocurrió el año 2005, que no alteran la esencia autoritaria y elitista de la Constitución vigente.

Se trata, por cierto, de una gran batalla que demanda enormes esfuerzos y, sobre todo, una visión histórica, ética, jurídica y política que permita aunar la demanda de toda la ciudadanía por sobre los intereses mezquinos de grupos sectarios.
Tenemos que reunir todas nuestras fuerzas y hacerlas converger en una exigencia central: que el pueblo decida. Que rechacemos cualquier arreglo cupular o parlamentario a espaldas de la ciudadanía. Que seamos todos quienes decidamos este asunto esencial para el presente y futuro de nuestro país. Que “tu problema es mi problema” pase a ser, desde ahora, la consigna de todos quienes habitamos este territorio.
Para poner en marcha este procedimiento, invitamos a una reunión de trabajo que resuelva los aspectos organizativos y prácticos de esta trascendental iniciativa.

A todas las personas y organizaciones que compartan el contenido de este manifiesto les solicitamos:

a)      Nos envíen su adhesión formal -como persona y como institución- identificándose con su nombre completo, correo electrónico y teléfono fijo y/o móvil.

b)      Nos ayuden a distribuirlo ampliamente en sus redes. Las organizaciones y personas que logren captar como adherentes, favor darles nuestro correo electrónico para que nos envíen -a la brevedad posible-  su adhesión formal e identificación.

c)       Una vez que tengamos una base representativa de todas las agrupaciones sociales del país, convocaremos a una reunión para acordar la redacción definitiva del Proyecto de Ley para la consulta a la ciudadanía

d)      El Comité de Iniciativa para una Asamblea Constituyente estará atento a todas las consultas, de fondo y de forma, y, si fuera estrictamente necesario, podría enviar a las comunas y regiones documentos o especialistas que expliquen en profundidad lo que es una Asamblea Constituyente y la forma de lograrla.

Saludamos a usted,
Comité de Iniciativa para una Asamblea Constituyente

cuartaurna2013@gmail.com
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