Con consternación e indignación hemos recibido el fallo de la Corte Suprema chilena que vuelve a condenar a José Huenuche, Jonathan Huillical, Ramón Llanquileo y Héctor Llaitul, después de haber sido absueltos por el tribunal militar de Valdivia y recientemente por la Corte de Apelaciones de Concepción.
La demanda de anulación del juicio de Cañete hecha por los defensores de los comuneros Mapuche, no fue considerada por la Corte Suprema en los términos planteados, tales como el reconocimiento de las irregularidades del proceso y los vicios de procedimiento realizados bajo la maldita ley antiterrorista, utilizando testigos falsos, sin rostro, y protegidos por el Ministerio Público y los querellantes. La noción de debido proceso y del justo derecho de defensa, fueron violados flagrantemente por las diferentes instancias judiciales, hoy día, por la propia Corte Suprema, instancia máxima de la justicia chilena.
La “rebaja de penas” es contradictoria con la petición de nulidad del juicio oral de Cañete. La resolución tomada es de carácter inminentemente político y no de justicia, transformándose de facto en un nuevo juicio y una nueva condena de 14 y 8 años para los 4 comuneros, que no se compadece en absoluto con la ética de la justicia, muy por el contrario, la desnaturaliza y hace de ella una caricatura insoportable e inadmisible en un estado de derecho.
El rechazo pleno a esta nueva farsa judicial, conduce a los 4 condenados a proseguir la huelga de hambre que llevan desde hace 82 días, con el riesgo vital que está en juego, del cual el gobierno chileno jamás consideró, ni la peculiar justicia chilena tampoco.
Frente a la absoluta incompetencia de la justicia chilena, demostrada desde los tiempos dictatoriales, y hoy en día ratificada por la Corte Suprema, obliga a los presos políticos Mapuche a acudir a instancias foráneas para exigir la aplicación del derecho internacional. El estado chileno ha sido señalado como violador de estas normas en distintas ocasiones, a pesar de haber firmado y ratificado diversas convenciones que lo obligan a respetarlas.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos deberá pronunciarse e implicarse, tal como lo solicitan los Mapuche condenados. En nuestro apoyo solidario al Pueblo Mapuche, no dejaremos un minuto de interpelar toda instancia internacional que esté a nuestro alcance, con el objeto de reivindicar la liberación de todos los prisioneros políticos Mapuche y/o exigir un juicio justo exento de intereses político-económicos de la oligarquía local y de las empresas multinacionales, quienes han estado a la cabeza de las acusaciones formuladas contra los Mapuche.
Hoy, estuvimos simbólicamente en la plaza de la Bastille, en Paris, con un lienzo reclamando la libertad para los presos políticos Mapuche en huelga de hambre. Mañana será frente al parlamento europeo, la FIDH, Amnesty Internacional, la LDH y tantos otros. ¡No desarmaremos, la lucha continua!
París, 4 de junio 2011
Colectivo de Apoyo al Pueblo Mapuche (Francia)
