La Cumbre del  Grupo de 77 + China (G77+China) realizada en Santa Cruz, Bolivia, el 14 y 15 de  junio pasados, al cumplirse 50 años de creación de la entidad, se destacó por  el rescate de sus orígenes –de la época de la descolonización en África y Asia–  con un énfasis en la soberanía, el cuestionamiento al modelo de desarrollo que  ha dominado en las últimas décadas y la evocación del Vivir Bien como un  paradigma de las metas para el próximo periodo.  La presidencia de Bolivia  de esta entidad, durante este año 2014, contribuyó en mucho a este  posicionamiento y a la decisión política de reafirmar su capacidad de  influencia en tanto la mayor agrupación de países en Naciones Unidas (NNUU).   Se destaca también el nivel de participación: de los 133 países que hoy  conforman el G77, 104 enviaron delegaciones a Santa Cruz (un record),  incluyendo 17 jefes de Estado o de gobierno.
       
      Con el propósito  de conocer el balance que hace el gobierno boliviano de la Cumbre y las perspectivas  inmediatas del G77+China, el 26 de junio diversos medios de comunicación,  integrantes del Foro de  Comunicación para la   Integración de NuestrAmérica[1] ,  dialogaron conAmanda Dávila, Ministra de Comunicación del Estado  Plurinacional de Bolivia[2] .
       
      La ministra  Dávila considera que, entre otros puntos, la Cumbre de Santa Cruz constituyó un evento muy  importante para América Latina y el Caribe porque “ha sentado las bases  principales de la agenda post 2015 que los países reunidos en este grupo más  importante dentro de NNUU desarrollarán en el futuro”, agenda en la cual se ha  introducido un contenido político y una reflexión crítica.  “Sobre todo se  ha asentado el principio de que tenemos que luchar por nuestra soberanía, por  nuestro desarrollo… pero también denunciando el sistema que ha existido hasta  ahora en el ámbito económico, en el ámbito del desconocimiento de nuestras  prácticas culturales, de las identidades de los pueblos”, afirmó, al calificar  de “hito histórico” la introducción de esta visión liberadora en las conclusiones  de la Cumbre y  la opción por un modelo de desarrollo diferente.
       
      Con este  “relanzamiento” del G77+China, precisó, se ha adquirido conciencia de la fuerza  potencial de la agrupación para incidir en las decisiones en NNUU y en otros  escenarios, y de la necesitad de “unirnos más”, a fin de concretar este poder  de incidencia.  Es también con miras a reforzar su capacidad de  negociación que Bolivia ha extendido la invitación a Rusia y otros países a  integrarse al Grupo.  Al tiempo que reconoce que se trata una alianza  heterogénea, con niveles de desarrollo y grados de pobreza dispares, y con  distintas ideologías, la   Ministra pondera que lo que une a estos países es la meta de  seguir avanzando como el mayor grupo de países del mundo.  “No puede ser  que unos cuantos países del llamado primer mundo, los ‘más desarrollados’,  tengan… un poder semejante en las decisiones de la mayoría de los países”,  acotó.
       
      “El G77, con la  presidencia del Evo Morales, está mostrando que puede convertirse en un grupo  que no solamente hable del tema del desarrollo económico, sino que también  tiene una posición política”, frente a agresiones y situaciones de riesgo para  los países por parte de transnacionales, la deuda externa, los banqueros,  destacó.  Así, la Cumbre  planteó una reestructuración del sistema financiero, que actualmente está  afectando al desarrollo de los países miembros.
       
      Como ejemplo, se  destaca el caso de Argentina que se enfrenta a una crisis con los llamados  “fondos buitres”, luego de que la Corte Suprema de EEUU se negó reconsiderar la  sentencia que le ordena pagar el pleno valor de los bonos de deuda externa, que  ellos compraron a un porcentaje mínimo de su valor.  El artículo 128 de la Declaración de Santa  Cruz denuncia justamente las acciones de estos fondos que ponen en riesgo la  posibilidad de reestructurar las deudas, tanto de países desarrollados como de  los en desarrollo.  Frente a ello, este 25 de junio, el G77+China se  reunió de urgencia para escuchar la demanda de Argentina sobre este problema.   “El G77 no va a permitir que los fondos buitres paralicen las actividades de la  reestructuración de la deuda de los países en desarrollo, ni priven a los  Estados de su derecho a proteger a su pueblo conforme al derecho  internacional”, sostuvo la   Ministra.  “El presidente Evo Morales está dispuesto a  acudir a cualquier tribunal, como el presidente del G77+China, con el poder que  le han dado y con la   Declaración de Santa Cruz, para defender a Argentina, para  impedir que Argentina esté en esta situación de tanto riesgo.  Estamos  dispuestos a trabajar de manera activa y no solo declarativa en los varios  problemas que se presenten, negociando de manera conjunta, pidiendo reformas,  logrando modificar las cosas.  Argentina constituye el ejemplo de cómo  toda esta expresión de buena voluntad y decisión política se va a manifestar”,  añadió.
       
      Otra resolución  de la Cumbre  es la propuesta de convocar a una reforma a fondo del Consejo de Seguridad de NNUU.   “Naciones Unidas y sus mecanismos no pueden estar al servicio de políticas  destinadas a enfrentar a los países en el mundo.   Las NNUU no pueden  respaldar la guerra entre los países, las intervenciones con afanes de  apropiación de los recursos estratégicos naturales, como está sucediendo hoy”,  afirmó la ministra Dávila.   Pero la apuesta va más allá, pues lo que se busca es democratizar las NNUU, en  todas las instancias de decisión: “la Declaración de Santa Cruz expresa claramente que  todos los países deben ser elegibles con las mismas prerrogativas”.
       
      El aporte boliviano 
       
      Respecto al  aporte específico de Bolivia y del presidente Evo Morales al proceso que  permitió construir los acuerdos de la   Cumbre, los cuales se negociaron durante varios meses en  Nueva York, Amanda Dávila destacó los aportes de todos los países, pero  reconoció que no cabe duda que la Declaración recoge el espíritu del modelo  boliviano.  Este modelo, recordó, ha permitido la refundación del país  sobre la base de “sustentos de igualdad, de derecho a los pueblos a ser  reconocidos, a ser parte de las decisiones más importantes, del derecho de los  ciudadanos a una vida digna, a que se los considere ciudadanos”.  Se basa  también en la recuperación de los recursos naturales, la nacionalización de los  recursos estratégicos y la redistribución de las riquezas.
       
      Pero aún más  importante –acotó-, es que esta lectura se relaciona con la cultura, el  compromiso político y la visión de los pueblos indígenas: la visión de un mundo  más solidario, donde el poder del capital no tenga tanta fuerza.  De allí  que se acuñó el lema: “Hacia un Nuevo  Orden Mundial para Vivir Bien”.  Como ejemplo, citó la lucha  en Bolivia contra el narcotráfico, que ha logrado reducir en 23% los cultivos  de coca, mediante el diálogo y el consenso, sin violencia y sin la presencia de  la DEA de EEUU.   “Este es el Vivir Bien”, resaltó, añadiendo que “el Vivir Bien tiene que  ver no solo con el tema de los recursos”, sino con la forma de “cómo  gestionamos las decisiones y las medidas.  Cómo es importante para este  gobierno la participación de las organizaciones sociales y de los pueblos  indígenas en las políticas que se van a desarrollar”.
       
      Por una mayor articulación en comunicación 
       
      Los medios  participantes en la entrevista plantearon también inquietudes respecto a los  medios de comunicación, los vacíos informativos y las posibles estrategias  comunicacionales para difundir temas clave como la paz mundial o la lucha  contra el poder del capital financiero.
       
      Amanda Dávila  reconoció que una de las preocupaciones de la Cumbre, al que se refirieron varios presidentes,  es el poder que tienen ciertos medios de comunicación “que responden a  intereses puramente comerciales y a intereses políticos, que se articulan para  impedir la liberación económica y política de los pueblos del Sur”.  La Ministra de Comunicación  reconoce, sin embargo, que, si bien se cuenta con mecanismos, existen grandes  lagunas en la práctica para enfrentar esta situación.  “Nos falta una  mayor decisión política”, opinó.  El discurso de los presidentes “todavía  no se refleja en una nueva doctrina de comunicación que deberíamos tener los  países del Sur”.  Como ejemplo, se refirió a la reunión del G77 sobre el  tema de Argentina y los fondos buitres, donde Telesur fue de los pocos medios  que lo transmitió.  Si bien en Bolivia retomaron la señal de Telesur, la Ministra considera que se  debería haber coordinado la cobertura, “por lo menos en América Latina, ya que  se trata de un país hermano que está en una situación de total riesgo, de una  injusticia llevada al extremo”.  Por lo mismo considera que “nos falta  articularnos con las agencias estatales de noticias, con los canales de  televisión estatal” para tener una “respuesta inmediata como acción política  desde los medios de comunicación”.  Al respecto, concluyó que “tenemos que hablar de un nuevo orden  mundial de la comunicación.  Tenemos medios alternativos, tenemos radios  de pueblos originarios, tenemos canales de televisión en varios países que  tienen una visión distinta”.
       
      La reunión de Tarija 
       
      Una de las  próximas actividades del G77, a pedido de varias delegaciones presentes en la Cumbre interesadas en la  experiencia de Bolivia y de otros países de la región en materia de  recuperación del control de los recursos naturales, será una reunión de  Ministros de Hidrocarburos y Energía del G77+China, sobre Gobernanza de  Recursos Naturales e Industrialización, que se realizará del 24 al 26 de agosto  en Tarija, Bolivia.  Según ha anunciado el presidente Evo Morales, será  precedida de un seminario internacional con algunos países amigos, donde se  desarrollará una propuesta de América Latina y el Caribe para presentar a los  otros continentes.
       
      “Los ministros van a escuchar las experiencias en recuperación de  recursos naturales, en el desarrollo de proyectos independientes con apoyo  solamente de empresas del Estado, y también de proyectos donde participa la  empresa privada”, informó la   Ministra de Comunicación.  La reunión examinará cuáles  son los modelos mejores, las experiencias positivas, y cómo estos recursos han  servido para la redistribución de la riqueza.  También se considerará cómo  armar un modelo propio, concluyó.